1G, 2G, 3G, 4G…5G
Con las tecnologías ocurre como con los rayos X: están ahí, no los vemos, pero cumplen una función primordial que nos ayuda a conocer y descubrir para resolver problemas. Desde que en 1895 el físico alemán Conrad Röntgen descubriera los rayos X, miles de millones de radiografías han permitido que muchas personas tuvieran una curación eficaz con solo someterse a una sencilla prueba. Tecnología al servicio de las personas. Porque, ¿qué ha de ser, si no, la función más importante de cualquier descubrimiento, investigación, avance o propuesta en y desde el ámbito de la técnica en general?
Es posible que quienes lean estas líneas estén ahora mismo usando un dispositivo móvil conectado a la Red, y que considere lo más normal del mundo -casi una exigencia- que la descarga de este blog, de una canción, una noticia, una película o consultar las redes sociales sea rápida, lo más rápida posible. Ya conocemos que la inmediatez es la condición necesaria -aunque no siempre suficiente- para catalogar el funcionamiento de la Red. O lo que es lo mismo 1G, 2G, 3G, 4G y … casi debutando 5G. Para que podamos juzgar es imprescindible conocer. Hagamos un poco de historia hasta llegar a la cúspide de las Ges:
El 1G, 2G, 3G, 4G y 5G es la tecnología que utilizamos a diario en nuestro móvil o en nuestra tablet principalmente. Generalmente lo asociamos a la velocidad de descarga, pero no es exactamente así. La G hace referencia a la generación que estamos utilizando, por lo que actualmente estamos en la 4ª generación de tecnología para móviles y en la antesala del tan ansiado 5G. Lo que esto significa es que cuando cambiamos de generación se produce un cambio importante en todos los aspectos que afectan a las características mínimas que tienen que tener los dispositivos y redes cuando quieren formar parte de una u otra generación:
1G
Fueron los primeros teléfonos móviles que aparecieron en la década de los 80. Se trata de tecnología analógica.
2G
A partir de 1990, década en la que los teléfonos pasaron de ser analógicos a digitales. Ello implicaba más seguridad y la posibilidad de hacer envíos de SMS -Short Message Service-. La velocidad de datos pasó de 56 kbit/s -kbits: unidad de medida de información- hasta 114 kbit/s
3G
Estamos en el año 2001. Ofrecían servicios como la descarga de programas, intercambio de correos electrónicos y mensajería instantánea. Contaban con más seguridad que los 2G y la velocidad llega hasta 2.048 kbit/s (2 mbit/s)
4G
2010 es el año en el que aparecen los nuevos teléfonos que utilizamos actualmente. Cuentan con una seguridad de transmisión de datos mayor y su fiabilidad es más alta. Las velocidades son de hasta 1.048.576 kbit/s (1 Gbit/s).
5G
2020 es el año en que se espera que llegue al mercado de forma definitiva y comercial. La velocidad de conexión llegará a 1.073.741.824 kbit/s (1 Tbit/s)
Aunque en este último caso, el del 5G, ya hemos podido asistir a algunas pruebas que nos dan idea de las enormes posibilidades que encierra esta tecnología. Hace tan solo unos días asistíamos atónitos a la primera intervención hecha por un equipo de cirujanos y anestesistas en la que se operaba el colón a un paciente, de forma remota, gracias a la tecnología 5G. Mediante unas pantallas de gran tamaño más de 400 personas asistieron a la intervención en la que el equipo del Hospital Clinic de Barcelona manejaba el bisturí y el laparoscopio siguiendo las instrucciones gráficas que dibujaba el doctor Lacy en una tableta, con un lápiz óptico o con el dedo. El equipo del hospital (tres cirujanas, dos enfermeras y dos anestesistas) estaba también conectado con auriculares y vídeo con la sala del Mobile -Congreso Mundial del Móvil-.
La importancia de todo este despliegue tecnológico reside no solo en el mínimo tiempo de respuesta entre que el médico que dirige la operación (mentor) da una instrucción gráfica hasta que el equipo que está en el quirófano la ejecuta, sino en la posibilidad futura de que un cirujano sea el que opere de forma virtual desde miles de kilómetros a un paciente que esté un quirófano, conectado a un robot que siga las instrucciones del médico. Es lo que se conoce como telementoring. Llevar la ciencia y la medicina allí donde se necesite y con las mismas posibilidades, ventajas y efectos que la medicina presencial.
Esto que hoy nos sorprende tiene su antecedente en los petites Curie. Durante la Primera Guerra Mundial la excelsa Marie Curie se puso a los mandos de una ambulancia para llevar los rayos X al frente, y poder así ayudar de forma más rápida y segura a los heridos en el frente de batalla. Los petites Curie forman parte de una de las imágenes salvadoras más potentes de este conflicto armado. A partir de noviembre de 1914 -tres meses después de estallar la guerra- empezaron a recorrer los frentes con equipos de rayos X. Al volante de una de aquellas destartaladas ambulancias se sentaba uno de los cerebros más prodigiosos del siglo XX: una científica polaca de 47 años con una brillante determinación en la mirada. A su lado viajaba su hija mayor, una adolescente de apenas 17 años. Telementoring en los albores de la pasada centuria. Porque no todo es rapidez…sino también eficacia.
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